Si está acostumbrado a los sabores más suaves y al sabor de las especias como el chile, es posible que sus papilas gustativas tarden un tiempo en adaptarse. Una vez que lo hagan, encontrará que los alimentos amargos son una gran adición a cualquier dieta. ¡Los beneficios de agregar alimentos amargos a tu dieta son muchos! En este artículo, vamos a ver seis razones por las que comer alimentos amargos es bueno para todos.

¿De dónde viene el amargor de ciertos alimentos?

El amargor de algunos alimentos puede provenir de una variedad de fuentes. Por ejemplo, los compuestos amargos están presentes en algunas frutas, verduras y hierbas debido a la presencia de fitoquímicos como los alcaloides. Muchos de estos compuestos pueden tener beneficios para la salud y contribuir al perfil de sabor de un alimento. Los sabores amargos también se pueden crear mediante procesos de fermentación, como en la elaboración de cerveza o vino.

Además, muchos alimentos procesados ​​utilizan edulcorantes artificiales que tienen un sabor amargo inherente debido a los productos químicos que se agregan durante la producción. Finalmente, algunas especias utilizadas para cocinar y dar sabor tienen componentes amargos que juegan con los otros sabores del plato.

Aquí están las 6 razones para comer alimentos amargos de vez en cuando.

Los alimentos amargos están llenos de vitaminas y minerales:

Muchos alimentos amargos contienen una gran cantidad de vitaminas y minerales como vitamina C, hierro, vitamina K, calcio, folato y muchos más que ayudan al cuerpo a mantenerse saludable. Estos nutrientes son esenciales para el buen funcionamiento del cuerpo y pueden ayudar a proteger contra enfermedades crónicas como enfermedades del corazón, diabetes y cáncer.

Los alimentos amargos pueden reducir la inflamación:

La inflamación está relacionada con una serie de enfermedades graves, como enfermedades cardíacas, artritis, enfermedad de Crohn y muchas más. Los alimentos amargos contienen compuestos llamados polifenoles que tienen efectos antiinflamatorios. El consumo regular de estos compuestos puede ayudar a reducir la inflamación en todo el cuerpo.

Los alimentos amargos ayudan a la digestión:

El amargor de ciertos alimentos estimula los jugos digestivos como la bilis, lo que ayuda a descomponer los alimentos de manera más eficiente en el intestino. ¡Esto facilita que su cuerpo absorba los nutrientes esenciales de sus alimentos, ayudándolo a mantenerse saludable!

Los alimentos amargos pueden equilibrar los sabores:

No todas las comidas tienen que ser dulces o saladas: agregar un poco de amargor puede aportar diferentes perfiles de sabor a un plato, ¡lo que puede hacerlo más interesante! ¡Agregar verduras amargas o hierbas como perejil u orégano puede darle a los platos algo de complejidad y hacerlos más profundos en sabor!

Los alimentos amargos estimulan el apetito:

Se sabe que los alimentos amargos estimulan el apetito porque a menudo se asocian con la frescura y ayudan a decirle al cuerpo que se han ingerido todos los nutrientes necesarios. Esto es especialmente útil cuando se trata de comer platos ricos en nutrientes, como ensaladas, que pueden carecer de otros sabores.

Los ingredientes amargos también pueden ayudar a promover el metabolismo, ya que pueden proporcionar un impulso adicional de energía necesario para completar las tareas diarias. También actúan como un supresor leve del apetito, porque su sabor ayuda a ralentizar el proceso de comer, lo que permite estar satisfecho con porciones más pequeñas. En resumen, incorporar sabores amargos a tu dieta puede ayudarte a regular mejor tu apetito y obtener todos los nutrientes esenciales que necesitas.

Los alimentos amargos pueden potenciar la microbiota:

Los alimentos amargos son beneficiosos para la microbiota intestinal, ya que ayudan a la digestión y favorecen la presencia de bacterias saludables. Los sabores amargos actúan como un estímulo digestivo, provocando la liberación de ácido clorhídrico en el estómago, que ayuda a descomponer los alimentos. Este ácido promueve así un ambiente más alcalino en el tracto digestivo, lo que promueve colonias bacterianas saludables.

Del mismo modo, se sabe que las plantas y hierbas amargas como la genciana, la alcachofa, la escarola y la achicoria contienen prebióticos, fibras que alimentan a las bacterias beneficiosas y apoyan el equilibrio de la población del microbioma. Estos prebióticos no solo promueven la salud intestinal, sino que también regulan el metabolismo y mejoran la sensibilidad a la insulina, lo que reduce los niveles de colesterol. Por lo tanto, agregar una variedad de hierbas amargas y especias saladas a las comidas puede ser una forma efectiva de mantener un equilibrio microbiano intestinal saludable a lo largo del tiempo.

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